Como estar rodeada de paredes de ladrillos y no tener ningún superpoder para atravesarlas. Así me sentí cuando escribí mi primera novela corta “La mujer que vendía el tiempo” y me siento a veces cuando estoy frente a un relato complicado. Atascada, bloqueada, sin salida. Se ha hablado hasta la náusea de este tema, lo sé, como del miedo a la hoja en blanco o del pánico al qué dirán los lectores. Y sin embargo, sigue y sigue sucediendo. Vale, los que escribimos somos humanos… ya está desvelado el secreto.
Desde hace un tiempo, estoy ayudando a una autora que llegó a mí buscando una solución a su bloqueo. Había escrito 30 páginas de una novela de género chick lit y de repente, estaba dentro del laberinto, rodeada de muros. Así que lo primero que hice fue leer ese comienzo y empezar a hacerle preguntas. Ahora ha encontrado un camino, ha modificado cosas que ya tenía escritas y avanza a velocidad de crucero… Se ha marcado un plazo para terminarla y estoy convencida de que así será.
¿Cuál es la fórmula mágica? No existe, no me canso de repetirlo. Cada autor es un mundo, y aquellos consejos que funcionan para algunos, para otros no sirven de nada. Pero sí hay una serie de pautas que pueden ayudarte a romper el muro y empezar a ver la luz:
1. Planifica. Antes de pegarte cabezazos contra el muro, hay una fase previa que yo me suelo saltar, lo reconozco. Es la fase de planificación, que para mi es un coñazo (con perdón). Adoro la documentación, me lo paso en grande leyendo sobre un tema o buscando fotos para ambientar los vestidos de una época. Pero odio tener que sentarme a planificar. Si eres un escritor de mapa (no creo mucho en esta clasificación, pero en fin…), te encantará trazar un plan y tenerlo todo atado antes de ponerte a escribir. Yo soy más de brújula y sobre todo más del método de Muriel Spark, que no empezaba a escribir hasta tener mentalmente un comienzo satisfactorio. Con los relatos no me ocurre, los escribo sin planificar; luego reescribo y corrijo. Pero cuando escribí la novela, me di cuenta de que antes tenía que haber planificado varios “huecos” de la trama, pensar en algunas piezas del puzzle que cuando llevas muchas páginas escritas, da bastante pereza reescribir. En definitiva, si vas a escribir algo que tenga más de 20 páginas, haz un esquema previo y fichas de personajes.
2. Mata a un personaje. Cuando ya estés bloqueado y no sepas cómo continuar con una trama que se te ha venido abajo, asesina a un personaje protagónico y párate a pensar cómo va a afectar a la vida de los otros personajes. Si le da “vidilla” a la historia, además de un giro inesperado, sigue por ese camino.
3. Invéntate un personaje. Es similar al ejemplo anterior, sácate de la manga un personaje nuevo que te permita comenzar con una nueva subtrama. A lo mejor no te lleva a ninguna parte, pero te puede dar ideas para desatascarte.
4. Escribe el final. Es una de las pautas que más me sirven para avanzar y que recomiendo a los autores. Normalmente empezamos a escribir porque hemos tenido una idea “genialísima”, o hemos parido una primera frase “perfecta”. Pero esto es como los matrimonios, al principio hay un enamoramiento loco pero en cuanto empiezan los problemas, ya puedes tener un fin en mente, un propósito y una intención que quieres transmitir con esa historia. Escribe a dónde quieres llegar. Puede que luego lo cambies, pero si en tu viaje tienes un punto de llegada, es más fácil que puedas trazar la ruta, aunque sea un camino tortuoso.
5. Pórtate mal con tus personajes. Hazles putaditas, ponlos a prueba, permítete ser malvado y búscate la vida para que salgan del agujero (o no). No hay nada mejor que la estructura del viaje del héroe que se lleva utilizando en literatura desde La Odisea para darle frescura a una historia que no sabes continuar. Inventa conflicto tras conflicto y cuando tu protagonista ya esté en el sótano de sus miserias, recuerda que siempre hay un sótano del sótano.
6. Revisa las motivaciones del protagonista. ¿Por qué está haciendo lo que hace, por qué quiere ir a ese lugar, por qué tiene esa relación con el antagonista? Conocer los motivos, los actantes (razones que mueven a la acción) permite recomponer una trama caída. Si sabes qué es lo que mueve de verdad a tus personajes, podrás adelantarte al futuro y dar el siguiente paso para desbloquearte.
7. Párate y piensa sobre qué estás escribiendo. Ocurre con bastante frecuencia que empezamos a escribir con un tema en mente, voy a hablar de la dependencia emocional de las mujeres, o del paso del tiempo, o de la esclavitud en el sur de EEUU, pero en el fondo no tenemos muy claro qué queremos contar. El tema es fundamental en cualquier relato, es el foco de la narración. Intenta que sea lo más concreto posible, que aunque haya temas secundarios, el principal siempre sirva de guía. Si estás dando bandazos a la historia, es muy probable que no tengas claro el tema. No pasa nada, párate e intenta escribir en una frase de qué va tu novela. Como si fuera un titular de prensa o un tuit.
8. Escribe algo que no tenga nada que ver. Si estás escribiendo un novelón de aventuras, altérnalo con un relato corto con mucho humor e ironía. O si estás escribiendo género fantástico, altérnalo con algún texto de corte realista. La idea es “engañar” a la mente, hacer que se centre en otra cosa mientras tu inconsciente está trabajando para encontrar una solución al bloqueo.
9. Lee cosas parecidas a lo que estás escribiendo. Te permite asimilar el estilo de ese autor que ha escrito antes lo que tú quieres escribir. O te puede dar ideas para construir un nuevo personaje o una subtrama. Por ejemplo, a la autora que te comentaba más arriba, a la que le estoy echando una mano con su chick lit, le he recomendado que lea Sheila Levine está muerta y vive en Nueva York, Cumbres borrascosas o cualquier novela de Ingrid Noll, una divertidísima escritora alemana de novela policíaca. Porque la autora descubrió escribiendo el final de su novela, que necesitaba darle un punto más negro.
10. Olvídate de la perfección. Primero porque no existe. Segundo porque es enemiga de la acción. Tercero porque es una excusa más para ponerte a escribir. Sigue escribiendo, aunque te falten piezas y escenas. Ya volverás sobre ellas. O a lo mejor descubres más tarde que no hacían falta.
Seguro que alguno de los anteriores trucos te sirve para vencer el bloqueo. Pero si a pesar de todo no lo logras, déjate ayudar por alguien que te asesore y vea desde fuera dónde puede estar el problema de tu novela. Si crees que yo puedo ser esa persona, escríbeme contándome tu caso.
Ahora dale al play si quieres saber más sobre cómo vencer el bloqueo al escribir una novela. Y déjame un comentario aquí o en mi canal de YouTube sobre esta reflexión para abrir el diálogo.
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2 responses on "Diez trucos para vencer el bloqueo al escribir una novela"
Ay.
Puse mal mi apellido. Decía lo de “ay” porque lo del corregir es lo que más odio.