Todas las buenas historias de ficción, aquellas que te impactan, te conmueven, envejecen bien y te acompañan a lo largo de tu vida, siempre tienen tres cualidades en común. Ya sean novelas, relatos, películas o esas series adictivas que no puedes parar de ver. Además, esos tres elementos a priori nos pueden llevar a pensar que esta historia va a tener un largo recorrido exitoso y que va a tocar a muchas personas. ¿Quieres saber cuáles son y así comprobar si las estás aplicando en tus historias? Te invito a quedarte en este vídeo-post hasta el final.
Quien manda es nuestro cerebro reptiliano
Aunque pueda parecer que somos seres racionales que basamos nuestras decisiones en la lógica más analítica, la verdad es que nuestra primera reacción ante cualquier historia es siempre emocional, surge de nuestra amígdala, la parte más antigua de nuestro cerebro donde se almacenan las emociones y sentimientos.
La primera vez que vi la película “Los Goonies” en la gran pantalla fue en diciembre de 1985. Tenía diez años recién cumplidos. Me llevó mi tía a verla a unos cines en Madrid que ya no existen. Recuerdo que acababa de tener una gripe tremenda que me tuvo varios días en cama y que fue la primera vez que salía a la calle ya recuperada.
El impacto que me provocó esa película quizá fue culpa de los restos de la fiebre. Pero la realidad es que luego la he visto unas veinte veces más y siempre siento el mismo cosquilleo. Hace unos veranos la volvieron a proyectar en algunos cines de España y fui a verla one more time con amigos de mi generación. Y a todos nos pasa lo mismo con esa historia, nos encanta, nos remueve, nos levanta del asiento como si fuéramos niños.
Dicen que dijo Kafka que:
“Un libro debe ser el hacha que rompa el mar helado dentro de nosotros”
Esto viene a significar que la literatura nos debe conmover, emocionar, removernos por dentro. Las buenas historias siempre te tocan el corazón. Así que la primera cualidad que deben tener es la emoción.
Las fuerzas en conflicto hacen avanzar a la historia
Las grandes ficciones que nunca olvidas siempre tienen acción, pasan cosas buenas, malas, regulares… como en la vida. El proceso de los personajes durante la narración transcurre por diferentes momentos críticos y tienen que tomar decisiones para darle solución a los problemas. Por eso la segunda cualidad es el conflicto. No me canso de decirlo, sin conflicto no hay literatura, ya sea conflicto externo, interno o de ambos tipos. Las historias más inolvidables son aquellas que crean un cóctel explosivo de obstáculos y problemas que tienen que superar los personajes.
También puede ser que el conflicto esté escondido, como en la buena narrativa actual, y ese soterramiento sea la base de la tensión y la intriga que hace que nos enganchemos a su lectura.
¡Abajo la indiferencia!
Y muy relacionada con la anterior cualidad, nos encontramos con la tercera y última: una historia inolvidable nunca te deja indiferente, siempre te cambia, te hace convertirte en una persona distinta. El protagonista sufre un cambio, un momento “ajá” en el que comprende o descubre algo que antes no sabía. Sufre una epifanía. Eso supondrá un antes y un después: comienza la historia siendo una persona y evoluciona hasta convertirse en otra distinta. Si la historia está bien construida, empatizaremos con el/la protagonista y evolucionaremos también como lectores, alcanzaremos un nivel de conciencia diferente cuando termine el viaje.
Ahora dale al play si quieres saber más sobre las tres cualidades que tienen en común las buenas historias de ficción. Y déjame un comentario aquí o en mi canal de YouTube si tienes alguna duda o consulta. También me encantará que me cuentes qué novela, relato, película o serie te dejó una huella profunda para toda la vida.
Espero que este vídeo te sirva de utilidad y muchísimas gracias por verlo.
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